domingo, 18 de noviembre de 2012

Los cuatro trajeron marihuana,
cervezas y un polvo para soñar con putas.
Estoy en la cama con los libros Ginsberg,
Kerouac, Corso y Ferlinghetti.
Mientras los leo en voz alta
arde de rabia un cigarrillo nuevo.
Entonces leer su poesía se vuelve
un ritual oral que me recuerda al sexo
en los bancos largos de una iglesia.