viernes, 4 de diciembre de 2020

 

He corrido bajo la lluvia hasta la soga

con la ilusión de un náufrago.

He dado el tirón para acercar

la camisa blanca, las sábanas.

Algunos broches han saltado al suelo,

y no me importa porque he corrido

bajo la lluvia hasta la soga

y ahora intento

recoger

la funda de la almohada,

dos remeras, un corpiño,

estos repasadores que no llegaron a secarse.

 

Es curioso lo que sucede con la lluvia:

nos hace creer que existe una familia.



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