martes, 2 de abril de 2019



Anoche, mi amigo me llamó desde muy lejos. Recibo ciertas voces como un acto de devoción. Así con él. Hablamos de lo que persiste, de lo que queda bajo la nieve y canta. Hablamos de la hermosura de lo que no tiene explicación. Hablamos del silencio, del tiempo, del poema.

A mí no me vengan a hablar de kilómetros y distancias porque ayer estuvimos tomando un té en la cocina de su casa.
Como dice Graciela Cros, tener amigos poetas salva el día.


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