miércoles, 20 de junio de 2018


Quisiera poder dejar mis libros de poesía entre los alcauciles y los tomates, o entre las esponjas y el polvo para lavar la ropa. Quisiera que me aceptaran dejarlos junto a la harina cuatro cero y los fideos para sopa. Pero no hay caso, el mercado no entiende de qué hablo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario