domingo, 14 de enero de 2018


Detrás del alambrado que daba al fondo de mi casa, vivía un japonés. No tenía techo, vivía bajo los árboles. Se llamaba Don Issa. Cultivaba su huerta. Yo tendría unos 6 años y recuerdo que le pasábamos agua a través de una manguera. Ahora que lo pienso, es extraño, ¿no? Nunca más vi un japonés en situación de calle. Estoy trabajando en esos recuerdos. Quién era ese hombre que casi no hablaba y miraba las estrellas acostado sobre el pasto.



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