domingo, 30 de noviembre de 2014


Casi siempre cuando escribo dedicatorias me equivoco en alguna letra. Suelo usar letras que no existen. Cuando escribo cartas también. Entonces tacho. Si tengo líquido corrector a veces lo uso. Igual se nota. Entonces suelo hacer una florcita para que se note menos pero siempre se nota más. Es imposible negar el temblor. Entonces vengo a reivindicarlo. Reivindico el tachón, la letra rara, la enmienda, la florcita y todo signo incomprensible que ponga, sobre la hoja, la evidencia del temblor de escribir emocionada.



No hay comentarios:

Publicar un comentario