jueves, 9 de octubre de 2014


Paso horas leyendo. Hoy,  no pude soltar la poesía de Paco Urondo.  Estoy metida en sus cosas. Me da felicidad  encontrar la forma en que nombra lo que ve y lo que intuye. Alternativamente leo la Nueva correspondencia Pizarnik.  No siento ganas de moverme.  Me olvido que tengo un cuerpo. Podría estar siglos así. Y afuera no para de llover.


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