De pronto
subió el precio de la yerba mate
un trescientos por ciento más o menos
entonces
sin poder creer
que la yerba
costara casi un almuerzo
tomamos menos mate
nuestras bocas
pasaron menos tiempo
apretadas a la bombilla
justificadamente mudas
mientras subía tibio
el mate Premium
y ahí nos dimos cuenta
él y yo
él y yo
qué poco
pero qué poco
teníamos para hablar
si un mate no llenaba
los silencios.
Entre vicios argentinos: yerba mate versus incomunicación. Gracias poeta!
ResponderEliminarme encanto...
ResponderEliminarPoesía con análisis económico, muy versátil
ResponderEliminar